masajes para relajarte
Método 1 de 2: Preparativos para un masaje de espalda
-
1
Consigue una mesa de masajes. Lo ideal es utilizar una mesa de masajes, ya que te dará un mejor acceso a la espalda de la persona, está fabricada para su comodidad, y está integrada con un agujero para la cabeza. Sin embargo, si no dispones de una, hay varias opciones.
- El suelo. Siempre hay uno cerca, por lo que se convierte en una solución obvia. El beneficio, por supuesto, es que está justo debajo de los pies. Las desventajas son que el suelo puede ser duro, y posiblemente esté sucio también. Además, tendrás que estar mucho tiempo de rodillas, por lo que no es ideal.
- El sofá. Un buen sofá puede funcionar bien. Es suave, cómodo y quién sabe, ¡tal vez encuentres unos cuantos billetes entre los cojines! Sin embargo, no tendrás acceso de un lado y tendrás que inclinarte mucho, lo que puede lastimar tu espalda si lo haces con regularidad.
- La mesa de la cocina. Hay muchas posibilidades buenas, especialmente si no puedes encontrar un colchón para que tu amigo se recueste. Tendrás acceso completo por todos lados y está a la altura correcta. El único inconveniente real es que no es un lugar excelente para que la persona ponga la cabeza.
- La cama. Esta combina las ventajas y las desventajas de los otros. Sin duda alguna, es cómoda, pero es demasiado baja. Puede que tengas que ponerte de rodillas en la cama en algunas ocasiones durante el masaje, pero al menos es cómoda, así que no te lastimará las rodillas. También es una cama y hay asociaciones con una cama que la persona no necesariamente aprobará. Ese podría ser el asunto. Asegúrate de que las expectativas sean entendidas claramente antes de calentar el aceite.
Anuncio
-
2
Prepara la cama. Coloca una almohada o cojín donde quedará el pecho de la persona.
-
3
Si no vas a usar una mesa de masaje, coloca una colchoneta suave; las que se usan para acampar funcionan bien para los masajes.
-
4
Coloca una sábana encima para que absorba el exceso de aceite.
-
5
Prepara la habitación. Asegúrate de que la habitación esté caliente, ya que una habitación fría hará que la persona se ponga tensa. ¡Esto haría que fuera muy difícil dar un masaje decente!
- Pon música tranquila. La música New Age, la música ambiental, la música clásica tranquila o incluso los sonidos de la naturaleza ayudarán a que la persona se relaje al máximo. La música movida y ruidosa no va a ayudar. Mantén el volumen bajo.
- Baja las luces. Solo lo suficiente para que no haya reflejos en la habitación. Si quieres, puedes bajar más las luces y encender velas aromáticas de aromaterapia. Recuerda, lo que se busca en este caso es la relajación total.
-
6
Haz que la persona se prepare aflojándose o quitándose la ropa. Debe hacerlo para que puedas tener acceso a toda la espalda. Si le preocupa la privacidad, sal de la habitación y haz que se envuelva una toalla alrededor del pecho (justo debajo de los brazos), de modo que los extremos queden en la espalda.
-
7
Haz que se acueste boca abajo. La almohada debe quedar debajo del esternón.
-
8
Dobla una de las toallas y colócala debajo de la frente. Esto ayudará a mantener recto el cuello de la persona.
-
9
Dobla una de las toallas y colócala debajo de los tobillos. Esto servirá de apoyo a la espalda baja de la persona.
-
10
Si la persona está usando una toalla alrededor de su pecho, desdobla los extremos para exponer la espalda.
-
11
Si la persona está usando pantalones, extiende otra toalla sobre estos y mete la toalla en la cintura de los pantalones. Esto evitará que el aceite los manche.
- Método 2 de 2: Da un masaje de espalda
-
1
Dile a la persona que estás a punto de comenzar. Dile que te haga saber si algo de lo que estás haciendo es doloroso o incómodo. En parte, si siente comodidad, sentirá confianza en ti. Este no es momento para hacer bromas o comentarios sugestivos.
-
2
Coloca el aceite de masaje en tu mano. Caliéntalo frotándolo entre las manos.
-
3
Esparce el aceite; hazlo con movimientos largos y ligeros en la espalda de la persona; no te olvides de los hombros y el cuello. Es mejor no saturar con aceite; siempre puedes agregar más si es necesario.
-
4
Haz círculos con las palmas de las manos. Coloca una mano en la espalda baja y pon la otra mano encima. Con los brazos extendidos, comienza a hacer pequeños círculos subiendo por la espalda y bajando de nuevo. Quedándote en un lado de la columna vertebral, repite esto de 2 a 3 veces.
- El movimiento debe venir de tu cintura y tu torso, no de tus hombros. Esto ayudará a evitar que te fatigues.
-
5
Usa el levantamiento muscular. Sube y baja por la espalda 2 o 3 veces. Esto requiere de un poco de práctica para hacerlo a un ritmo suave y confiado:
- Coloca una mano en forma de "pinza de langosta" o en forma de "L".
- Mueve la mano en la dirección de tu dedo pulgar, presionando y juntando poco a poco los dedos y cerrando el espacio entre el pulgar y el índice.
- Al terminar el movimiento, gira la muñeca para lograr un movimiento de elevación en el músculo. Al juntar el pulgar y el índice, la parte exterior de la mano (a lo largo del meñique) debe estar moviéndose por toda la espalda.
- Sigue alternando las manos con un movimiento de parabrisas.
-
6
Usa los nudillos en la espalda. Repite 2 o 3 veces. No apliques presión sobre la espalda baja y recuerda no tocar la columna.
- Empuña sutilmente las manos. Con los brazos rectos y los nudillos y los dedos en contacto con la espalda, desliza hacia arriba y continúa hacia arriba y sobre los hombros.
- Ligeramente arrastra al regresar los nudillos.
-
7
Usa el levantamiento muscular en el trapecio. Este es el músculo que conecta el cuello a los hombros. Continúa frotando a medida que te desplazas a la cabeza.
-
8
Repite los círculos con las palmas de las manos, el levantamiento de músculos y el uso de los nudillos del otro lado de la espalda.
-
9
Párate hacia lo alto de su cabeza. Usa un pulgar extendido para hacer movimientos ascendentes entre los omóplatos y la columna (de las caderas a la cabeza). Mientras un pulgar se desliza, el otro comienza a moverse hacia arriba.
- No apliques demasiada presión en los pulgares, especialmente si lo haces mucho.
- Poco a poco, apártate y continúa del otro lado. No hagas esto directamente en la columna.
-
10
Lleva ambos pulgares a la espalda superior. Puedes hacer esto de cada lado de la columna.
- Con una presión constante, poco a poco comienza a deslizar los pulgares hacia abajo en la espalda. Recuerda que debes tener cuidado con la espalda baja, donde no hay costillas que protejan los órganos internos.
- Al llegar a la parte superior de las caderas, deja que los pulgares se queden allí. Presiona firmemente antes de comenzar un nuevo movimiento.
- Desliza las manos hacia atrás y repite dos veces más. Muévete un poco más hacia los lados (alejándote de la columna) cada vez.
-
11
Aplica giros. Vuelve hacia un lado de la persona. Alcanza la cadera lejana con una mano, mientras la otra mano se apoya sobre la cadera cercana. Con un movimiento fluido, jala una mano hacia ti, mientras empujas la otra; en el centro, deben deslizarse una contra la otra, en direcciones opuestas. Repite este movimiento hacia arriba hasta llegar a la zona de los hombros, y luego vuelve a bajar. Repite 3 veces.
-
12
Esparce los dedos de ambas manos. Baja las yemas de los dedos de una mano por la espalda, levantándolas en la parte superior de las caderas, mientras la otra mano comienza en los hombros. Repite varias veces. Lentamente, deja que la presión se aligere hasta que las manos floten.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario